martes, 17 de julio de 2012

Curarrehue, cantatas y sopaipillas



Inauguración pre-estreno documental.
“Curarrehue, cantatas y sopaipillas”




Como ya lo he dicho muchas veces, los  hilos de nuestras vidas se cruzaron  y fueron urdidos por la magia de las Manos de la Gran Tejedora.  La tela bien tramada está aquí,  en este espacio,  donde funciona el Museo Comunitario y Centro Cultural Curarrehue.

Caminando por senderos desconocidos, buscando el oro de buen quilate  en tierras  de la región del BíoBío, encontramos utensilios, textiles, cantares, danzas, mitos,  íconos, rezos del diario vivir, que nos  entregaron mujeres y hombres  de todos los días y de todos los tiempos, que vivieron intensamente  la vida que les tocó vivir, y que hoy aquí se  muestran  para  conocer lo que fue  nuestra sociedad en un reciente pasado.

Les invito a recordar que ayer, el diario vivir nos  regalaba Tiempo:

- Tiempo para la convivencia, Tiempo para  contar cuentos, cuentos: “esas semillas germinadas en el aliento de nuestros  abuelos y abuelas, que hablan a través de sus manos, de sus acciones y de su voz, llena de movimiento, de música…” 

-  regalaba tiempo, para  dejar que las manos danzaran con los hilos y lanas junto a la aguja, que cual pie de bailarina,  se deslizaba sobre la tela del bastidor.

- regalaba tiempo para escuchar, cantar y bailar a los sones de una  guitarra,  al compás del  viejo piano; o bailar siguiendo el ritmo y sonido  nasal de la aguja sobre el surco de esos pesados disco de la victrola.  Son los instrumentos del salón, de la chingana, de las casas de canto, de las trillas a yegua...

- regalaba tiempo  para escuchar el tac tac  de la piedra, machacando  el ají, el ajo  y el comino, condimentos necesario para  sazonar y cocinar  la cazuela o la plateada en el fogón o en el horno de la cocina  a leña, dejando salir ese deleitoso aroma  de la lenta combustión.

Aquí están,   para que las personas  que ayer fueron niños e insertos en ese vivir, recuerden o sea que esas vivencias, vuelvan a pasar por vuestra  mente  y vuestro corazón…; lo recreamos para que nuestros jóvenes y niños que no   conocieron este saber, hoy  conozcan y sepan cómo se  supo encontrar con ingenio, creatividad y  magia   satisfacer  necesidades  e  intereses familiares y comunitarios.

Este espacio producto de la urdimbre de la vida,  es un Hijo que estamos pariendo, está creciendo lento, pero pisando firme por el camino que le estamos trazando, fieles  a la enseñanza recibida por Aquellos Seres que depositaron en nosotros   su  confianza y el compromiso de no tranzar. Si, así como ellos fueron capaces de crear y atesorar con tanto celo estas “cosas simples y sencillas” y la entregaron para que quedaran a nuestro  resguardo y proyectarlas hacia el futuro, ASÍ SERÁ….

Pero con  el paso del  tiempo   nos vamos haciendo viejos, y nuestra misión  y deber es formar personas que vigilen el andar de este Hijo, para que no se deje  obnubilar con las candilejas de la ambición, la inconsecuencia y el olvido; porque este Hijo es el legado que Celso Hernández y Sylvia Gutiérrez dejaremos a la comunidad de San Pedro de la Paz… Y el deber de todos ustedes, será cuidar y velar para que las 22 especies del pulmón de verde nativo no desaparezcan. Que el alerce hoy con 21 años siga creciendo y  sus hijos y los hijos de vuestros hijos   puedan   jugar,  descansar y soñar bajo su sombra, aquí en este pedazo de campo dentro de la gran ciudad.

Apreciados amigos El documental: “Curarrehue, cantatas y sopaipillas”   tuvo una duración de más de un año, fue un constante ir y venir, de compartir, de leer, preguntar, ejecutar técnicas,  de ir al campo a conocer  la fuente  original y registrar  cada gesto, cada instante; actividad que realizó   Ángela  por más de 12 meses, liderando un equipo conformado por jóvenes entusiastas, responsables y comprometidos con su profesión.
Viendo la actitud y el accionar  de los personajes conductores en el documental, con emoción y admiración felicito a la Srta. Ángela Jarpa Jerez, que tuvo la sensibilidad, e inteligencia para captar la esencia de lo que representa el Centro Curarrehue….no es  a Celso y ni  Sylvia,…no,  sino rescató  a la mujer y  al hombre   campesino: al hombre campesino,   que vive en armonía con su entorno, con la naturaleza, que toma de ella lo necesario para su subsistencia. A la mujer campesina  que   guarda,  amasa y multiplica la semilla igual que a los panes para entregarla a su  comunidad.



       Autoridades y funcionarios municipales,  apreciados socios, parientes, vecinos  y amigos  aquí  presentes, a nombre del Museo Comunitario y Centro Cultural Curarrehue les agradezco mucho vuestra presencia y parafraseando  lo que dijo Jhonny Hendrix Hinestroza, joven productor y guionista colombiano, les digo  que el documental: “Curarrehue, cantatas y sopaipillas” es una  obra humilde, que  no representa todo lo que es el patrimonio material e inmaterial  de  un pueblo, sino una pequeña parte de nuestra región. Me gustaría que no sólo lo critiquen, sino que nos ayuden a evolucionar como pueblo……Muchas gracias…….

 Silvia Gutierrez Barrales

En los Huertos Familiares de San Pedro de la Paz,  Sábado 30 de Junio del año 2012.-




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