Inauguración pre-estreno documental.
“Curarrehue, cantatas y sopaipillas”
Como ya lo he dicho muchas
veces, los hilos de nuestras vidas se cruzaron y fueron urdidos por la magia de las Manos de
la Gran Tejedora. La tela bien tramada
está aquí, en este espacio, donde funciona el Museo Comunitario y Centro Cultural Curarrehue.
Caminando por senderos
desconocidos, buscando el oro de buen quilate
en tierras de la región del
BíoBío, encontramos utensilios, textiles, cantares, danzas, mitos, íconos, rezos del diario vivir, que nos entregaron mujeres y hombres de todos los días y de todos los tiempos, que
vivieron intensamente la vida que les
tocó vivir, y que hoy aquí se muestran para
conocer lo que fue nuestra
sociedad en un reciente pasado.
Les invito a recordar
que ayer, el diario vivir nos regalaba Tiempo:
- Tiempo para la convivencia, Tiempo
para contar cuentos, cuentos: “esas
semillas germinadas en el aliento de nuestros
abuelos y abuelas, que hablan a través de sus manos, de sus acciones y
de su voz, llena de movimiento, de música…”
-
regalaba tiempo, para dejar que
las manos danzaran con los hilos y lanas junto a la aguja, que cual pie de
bailarina, se deslizaba sobre la tela
del bastidor.
- regalaba tiempo para escuchar, cantar y
bailar a los sones de una guitarra, al compás del
viejo piano; o bailar siguiendo el ritmo y sonido nasal de la aguja sobre el surco de esos pesados
disco de la victrola. Son los
instrumentos del salón, de la chingana, de las casas de canto, de las trillas a
yegua...
- regalaba tiempo para escuchar el tac tac de la piedra, machacando el ají, el ajo y el comino, condimentos necesario para sazonar y cocinar la cazuela o la plateada en el fogón o en el
horno de la cocina a leña, dejando salir
ese deleitoso aroma de la lenta
combustión.
Aquí están, para que
las personas que ayer fueron niños e
insertos en ese vivir, recuerden o sea que esas vivencias, vuelvan a pasar por
vuestra mente y vuestro corazón…; lo recreamos para que
nuestros jóvenes y niños que no conocieron este saber, hoy conozcan y sepan cómo se supo encontrar con ingenio, creatividad
y magia
satisfacer necesidades e intereses
familiares y comunitarios.
Este espacio producto de
la urdimbre de la vida, es un Hijo que
estamos pariendo, está creciendo lento, pero pisando firme por el camino que le
estamos trazando, fieles a la enseñanza
recibida por Aquellos Seres que depositaron en nosotros su
confianza y el compromiso de no tranzar. Si, así como ellos fueron
capaces de crear y atesorar con tanto celo estas “cosas simples y sencillas” y la
entregaron para que quedaran a nuestro resguardo y proyectarlas hacia el futuro, ASÍ
SERÁ….
Pero con el paso del tiempo nos vamos haciendo viejos, y nuestra
misión y deber es formar personas que
vigilen el andar de este Hijo, para que no se deje obnubilar con las candilejas de la ambición,
la inconsecuencia y el olvido; porque este Hijo es el legado que Celso Hernández
y Sylvia Gutiérrez dejaremos a la comunidad de San Pedro de la Paz… Y el deber
de todos ustedes, será cuidar y velar para que las 22 especies del pulmón de
verde nativo no desaparezcan. Que el alerce hoy con 21 años siga creciendo
y sus hijos y los hijos de vuestros
hijos puedan jugar,
descansar y soñar bajo su sombra, aquí
en este pedazo de campo dentro de la gran ciudad.
Apreciados amigos El documental:
“Curarrehue, cantatas y sopaipillas”
tuvo una duración de más de un
año, fue un constante ir y venir, de compartir, de leer, preguntar, ejecutar
técnicas, de ir al campo a conocer la fuente
original y registrar cada gesto,
cada instante; actividad que realizó Ángela
por más de 12 meses, liderando un equipo conformado por jóvenes
entusiastas, responsables y comprometidos con su profesión.
Viendo la actitud y el accionar
de los personajes conductores en el documental, con emoción y admiración
felicito a la Srta. Ángela Jarpa Jerez,
que tuvo la sensibilidad, e inteligencia para captar la esencia de lo que
representa el Centro Curarrehue….no es a
Celso y ni Sylvia,…no, sino rescató a la mujer y al hombre campesino:
al hombre campesino, que vive en armonía con su entorno, con la
naturaleza, que toma de ella lo necesario para su subsistencia. A la mujer
campesina que guarda,
amasa y multiplica la semilla igual que a los panes para entregarla a su
comunidad.
Autoridades y funcionarios municipales, apreciados socios, parientes, vecinos y amigos
aquí presentes, a nombre del
Museo Comunitario y Centro Cultural Curarrehue les agradezco mucho vuestra
presencia y parafraseando lo que dijo Jhonny Hendrix Hinestroza, joven productor y guionista colombiano, les
digo que el documental: “Curarrehue, cantatas y sopaipillas” es una obra humilde, que no representa todo lo que es el patrimonio
material e inmaterial de un pueblo, sino una pequeña parte de nuestra
región. Me gustaría que no sólo lo critiquen, sino que nos ayuden a evolucionar
como pueblo……Muchas gracias…….
Silvia Gutierrez Barrales
En los
Huertos Familiares de San Pedro de la Paz, Sábado 30 de Junio del año 2012.-
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