viernes, 11 de marzo de 2011

¿Que le falta a un zapato bien hecho?

Queridos Amigos: poderosas energías solares actuando sobre la tierra. Constelación de  hemisferios danzando sincrónicamente, ejes rotatorios marchando al ritmo de tambores, cantos, adivinanzas y pruebas que anunciaban la venida de seres mágicos, oscuros y tenebrosos, que en la noche más larga del año hacen su aparición cual espectros y se instalan en el ideario de los concurrentes. Los solsticios colgaban del techo iluminando tenuemente el lugar donde nos encontrábamos. El viento se colaba cual invisible fantasma sobre nuestras espaldas, y nos recorría dorsalmente un sopor escalofriante que nos mantenía erguidos y alertas.
Un señor a lo lejos gritaba con voz tenue ¿Que le falta a un zapato bien hecho? Su pregunta era sepultada por el coro de voces que repetían las canciones folklóricas, que nos aterrizaban al contexto nacional, y que en alguna medida nos hacía saber que San Juan es un ser apátrida y universal, que visita y aparece, se oculta y transforma, porque es esencialmente lúdico.
San Juan en su noche exhibe en una bandeja su propia cabeza, y luego se la instalaba cual sombrero de alas. Posee el don de la ubicuidad, y se mezcla en mil fiestas a la vez.
La comida era una mezcla de exquisiteces, y ahí estaban ellos, los pajaritos, seres bañados en un volcán de merengue, parecían fantasmas tostados, quizás el solsticio llegó más temprano a ellos.
El lugar donde se realizó el encuentro y venida de San Juan es simplemente un oasis, en medio del pavimento. Un lugar insospechado, como el Aleph de Borges, un espacio donde convergen armónicamente todos los puntos y se reúnen miles de figuras, épocas, datos, artefactos y talentos. Es un constructo mágico y atemporal, mezclado de rocas, maderas y secretos.
Perfectamente podríamos recorrer cada uno de sus laberintos, encontrando historias y personajes. Y es que en cada rincón de la casa habitan duendes, ángeles y espectros.
La voz del señor nuevamente nos interrumpía gritando ¿Que le falta a un zapato bien hecho? Su interrogante era insolentemente acallada por las guitarras, que en un estado caótico hacían vibrar sus cuerdas como si hubiesen visto una aparición.
Llegó la ansiada medianoche y empezamos a jugar. Cada uno vertió esperma en un vaso con agua, y las figuras que flotaban eran interpretadas subjetiva y acomodaticiadamente. Se formaban misteriosas esferas en un improvisado lago. Miles de Run Runes se asomaban tímidamente, y se sumergían cabizbajos.
La prueba más temeraria y escalofriante se relaciona con observar exactamente a las doce horas un espejo, que yace a la intemperie al pie de la higuera sobre un lavatorio con agua y velas. La orden es postrarse frente a él y pedir un deseo, fui la primera en hacerlo, pedí en silencio un deseo y observé de reojo y luego directa, desafiante y frontalmente el espejo, para verificar si aparecía un espectro, un ser luciferino o un mensaje en el húmedo espejo. Permanecí impávida esperando una señal y que en el vidrio húmedo un dedo escribiera alguna sentencia o me guiñara un travieso diablillo un ojo…
Anoche acudimos con nuestros amigos del humedal Los Batros al encuentro con San Juan, en el centro cultural Curarrehue de los Hernández-Gutiérrez. Salimos poseídos por fantasmas que nos atormentaban con sus risas y travesuras… y la pregunta que aún nos hacemos es ¿Que le falta a un zapato bien hecho?


Fresia Cisterna
Asistente Celebración Noche de San Juan
Centro de Cultura Tradicional Curarrehue
23 de junio 2007

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